A finales del siglo XVIII y principio del siglo XIX, comienza a gestarse en Inglaterra una serie de acontecimientos tecnológicos que cambió las relaciones de producción de entonces. Antes, las relaciones socio económicas eran simples, muy simples. La economía europea en general, se basaba en la agricultura y el comercio; lo que hoy llamamos productos industriales, eran entonces productos artesanales. Los tejidos se fabricaban en casas de particulares; estos, recibían la lana bruta del comerciante; la hilaban y tejían, para devolverla al comerciante por determinada suma de dinero. En poco tiempo, Inglaterra se convirtió en un país industrial; lo que permitió impulsar lo inventivo y aplicarlo a la producción y al transporte. Surgen entonces, telares mecánicos, que multiplicaban notablemente la cantidad y calidad de los productos.
Se desarrollaron ferrocarriles, barcos de vapor. Desaparece el agricultor artesano, que emigra a las grandes ciudades. En las ciudades de Liverpool y Manchester, se concentran las grandes industrias; también de desempleados del campo, en busca de otras oportunidades. El campo, también se ha transformado con nuevos sistemas de explotación, rotación de cultivos, usos de fertilizantes, mejoras de instrumentos de labranzas y reducción drástica de personal al mínimo. En las ciudades antes mencionadas, deambulan miles de desempleados.
En el mismo Siglo XVIII, con la Revolución Francesa - aunque no tiene orígenes similares -, cambia el sistema de monarquía y oligarquía a burguesía. Causa un desajuste social y económico en el pueblo; donde, la burguesía es la beneficiada. Con la Revolución Rusa, sucede algo parecido. Llegamos con esto a la conclusión, que todo cambio estructural drástico necesita un tiempo de adaptación y ajuste. Sin ir muy lejos, nuestra Guerra Civil.
En la actualidad, estamos inmersos en un cambio estructural laboral, en que transformarán y desaparecerán algunas profesiones y surgirán nuevas oportunidades. Me refiero al cambio que paulatinamente estamos viviendo con los avances de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la Cibernética. La creación de máquinas complejas que reemplacen a los trabajadores provocaría un recorte de personal. Reduciría las jornadas de trabajo; aunque sería de gran aporte a la medicina.
Ya se observan encuestas, enseñanzas, marketing y trabajos on line.
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Hasta la próxima semana, gracias y suerte, jnf.
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